martes, 5 de abril de 2011

LA SINFONÍA ROJA


Los Rothschilds dirigieron la “Sinfonía Roja” (*)

Por Henry Makow

Las guerras, las crisis económicas y el genocidio en el siglo XX no fueron accidentales o inevitables, sino el resultado de malévolos diseños.
Una evidencia sorprendente es el interrogatorio que la policía estalinista (NKVD) hizo a uno de los fundadores de la Internacional Comunista en 1938, Christian G. Rakovsky, cuando tenía 65 años y se enfrentaba a la pena de muerte por conspiración para derrocar a Stalin.
La transcripción de su interrogatorio de 50 páginas, conocida como “La Sinfonía Roja”, no se esperaba que fuese hecha pública alguna vez. Confirma que los Rothschild – Illuminati planearon utilizar el comunismo para establecer una dictadura mundial de los súper-ricos.
Ésta es tal vez el más explosivo documento político de la historia moderna. Se revela por qué los Illuminati crearon a Hitler y luego lo destruyeron y por qué Stalin hizo un pacto con Hitler en 1939.
Christian Rakovsky era un veterano comunista con información privilegiada. Nació con el nombre de Chaim Rakeover en 1873, estudió medicina en Francia antes de convertirse en un revolucionario. Fue el líder de un grupo terrorista que atacó a los funcionarios del Gobierno.
En 1919, Lenin lo puso a cargo del gobierno soviético de Ucrania. Consiguió mantener la zona de parte de los bolcheviques durante la Guerra Civil. Stalin le nombró embajador de Rusia en París en 1925.
Rakovsky pertenecía a la poderosa facción trotskista que seguía las órdenes de los Rothschilds. Muchos de este grupo fueron fusilados por Stalin en 1937 en la purgas del Partido Comunista.

INTERROGATORIOS A MEDIA NOCHE.

Las circunstancias de los interrogatorios en la madrugada del 26 de enero de 1938 fueron muy dramáticas.
¿Qué podría haber dicho Rakovsky para salvar su vida?
Rakovsky parece utilizar la táctica de “engañar con la verdad”. Se gana la confianza al revelar la verdad, pero no toda la verdad. Trata de impresionar a sus interrogadores diciendo que él y Trotsky representan una fuerza invencible que él llama la “Internacional Financiera Capitalista – Comunista”.

Asegura que el “movimiento revolucionario” fue diseñado para recabar apoyos fingiendo servir a la moral humanitaria y a los ideales colectivos. Sin embargo, el verdadero objetivo era dar poder mundial total a los banqueros, dividiendo a la sociedad y socavando la autoridad establecida.


Karl marx, gran mason grado 32 del Gran Oriente (Miller,Oculta Teocracia p270.726 )




Aunque duela a mas de un ideologo y aspirante a activista, tanto el comunismo como su particular responsable idelogico, fue un mason Carl marx, descendiente de una familia judia y muy bien relacianado con las altas esferas y la masoneria de la epoca, todo un trabajador currante representante del pueblo, en la filosofia de control Illumianti, es muy comun tener controladas todas las posiblidades y dar a la gente la masa sucia, asi es como nos llaman estos simpaticos adoradores de luz-bell, controlada con una idelogia que supuestamente luche por el trabajador y valores sociales y este contra el capitalismo es perfecto para su completo control, parecido a los desinformadores auqneu con una repercusion mucho mayor, de hecho, supuso una sagrienta guerra civil con mas de 50 millones de muertos ciudadanos rusos, manipulados otra vez, por unos seres crueles miserables y sin escrupulos.

Señal del maestro del segundo velo. La imagen extraída de Duncan's Masonic Ritual and Monitor (3ª edición) muestra a un Royal Arch Mason realizando la señal del maestro del segundo velo, denominada también la señal de la mano oculta de los hombres de Jahbuhlun. Según el escritor, el candidato debe realizar esta señal cuando se le acercan los tres residentes de Babilonia. Su objetivo: reconstruir el Templo de Salomón en Jerusalén y establecer un imperio mundial.


Mas pruebas de la vinculacion a la masoneria, del excelente articulo de la pagina escudrones por la verdad cito:


Carta del Rabino Baruch Lévy

En 1848 Karl Marx recibió una carta de su Rabino Baruch Lévy:
En esta nueva organización de la Humanidad, los hijos de Israel, esparcidos por todos los rincones de la tierra se convertirán en todas partes, sin oposición alguna en la clase dirigente, sobre todo si consiguen colocar a las masas obreras bajo su control exclusivo. Los gobiernos de las naciones integrantes de la futura República Universal caerán, sin esfuerzo, en las manos de los israelitas, gracias a la victoria del proletariado. La propiedad privada podrá entonces ser suprimida por los gobernantes de raza judía, que administrarán en todas partes los fondos públicos. Así se realizará la promesa del Talmud, según la cual, cuando llegue el tiempo del Mesías, los judíos poseeremos los bienes de todos los pueblos de la Tierra.

Fué publicada en la "Revue de Paris" el 1 de junio de 1928, pág. 574, así como en la obra

"Israel, son passé, son avenir" del historiador sueco H. de Vries de Heekelingen, edición francesa de 1937, pág. 104, y en varias publicaciones del profesor sueco Einar Aberg.
El periodo de Bruselas y del Manifiesto



Establecido en Bruselas, funda la Liga de los Comunistas, tras lo cual se declara apátrida, ateo y revolucionario. Tras el periodo revolucionario de 1848 y la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, en coautoría con Engels, se traslada a Colonia, donde organiza un nuevo diario, "Nueva Gaceta Renana" (Neue Rheinische Zeitung). Su nueva publicación alcanza un éxito inmediato, en el contexto de una época de fuerte sentimiento social y compromiso revolucionario. En consecuencia, es prohibido por el gobierno renano.

El periodo de Londres y El Capital

Es ahora cuando Marx se dedica a la escritura de una de sus obras fundamentales, El Capital, que elabora en las salas de lectura del Museo Británico. El primer volumen de El Capital no verá la luz hasta 1867, tras dieciocho años de trabajo.


Además, Marx participó en la fundación y organización de la Primera Internacional (28 de septiembre de 1864), conocida como la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), participando activamente en las discusiones. A él se le encarga la redacción del Llamamiento inaugural de la Internacional y participa en la elaboración de su estatuto y otros documentos. Se entablará a partir de los debates un enfrentamiento entre Marx y Bakunin, que terminará con la expulsión de este último en el Congreso de La Haya de 1872 y la salida de la Internacional de las secciones bakunistas. Estos últimos, reunidos en el Congreso de Saint-Imier (Suiza), no reconocerían los acuerdos de La Haya y refundarían la Internacional.

Tras la derrota de la Comuna de París de 1871, que significó un duro golpe para la Internacional, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a la escritura de su pensamiento. El 14 de marzo de 1883 falleció en Londres.


Vida familiar


Karl Marx se casó con Jenny von Westphalen, hermana del ministro de Interior prusiano, amiga de infancia con la que se comprometió siendo ya estudiante, pero sólo consiguió casarse con ella tras la muerte de los padres de ésta, que se oponían a la relación, y tras conseguir una cierta estabilidad económica (eventual) como director de los "Anales franco-alemanes". Vivieron con fuertes penurias económicas debido a la irregularidad de los ingresos de Marx, a la persecución política (que censuraba y clausuraba las revistas que publicaba) y a tener que mudarse constantemente de país. Marx tuvo con Jenny von Westphalen 6 hijos, en 1849 esperaban ya el cuarto, en 1855 ya habían fallecido tres -Guido, Franciska y Edgar- convulsiones, bronquitis y tuberculosis serían las causas, la pequeña, Eleonora Marx formó parte del movimiento feminista y Laura Marx, se casó con el dirigente socialista francés Paul Lafargue, y se suicidó junto a él en 1911.


Con ellos vivía Helene Demouth, quien les ayudaba en las tareas domésticas y tenía una excelente relación con la familia Marx. Era especialmente cercana a Karl, tanto así, que se supone que tuvo un hijo ilegítimo con ella que fue reconocido por Friedrich Engels como propio para evitar controversias dentro del matrimonio de Karl y Jenny.


Marx tuvo una vida personal dedicada de forma exhaustiva al estudio de las diferentes disciplinas del pensamiento y en especial de la filosofía e historia lo cual implicó que nunca tuviera estabilidad económica; sin embargo, contó siempre con el apoyo fiel e incondicional de su amigo Engels.

Simbologia de caracter ocultista-illumianti con la estrella
de 5 puntas crees que es tambien algo casual?

Su simbologia la encontramos en aspectos tan difrentes
de nuestra sociedad como son la politica y las bebidas alcohólicas,
todo forma parte de su progra de control y adoración devoción
a la simbologia 

Tres 6 tambien casualidad???

Estrella de 5 puntas el numero 5,numero masonico y muy usado
en la cabala oscura illuminati

Aqui no se libra casi nadie, y la influencia de su simbologia
alcanaza hasta el mundo islamico



Bandera de la comunidad de Madrid España, 7 estrellitas con 5
puntas, aqui también utilizan el numero 7 muy importante
en la cabala oscura illuminati, ellos usan los extremos y lo orientan todo desde
la negatividad



Así, el resultado del conflicto entre la “Tesis” y la “Antítesis” sería la “Síntesis” (en este caso, “el gobierno del Anticristo Final”, “el último reinado gentil”, “el Nuevo Orden Mundial”). De esto se establece que “el conflicto provoca el cambio, y el conflicto planificado provocará el cambio planificado”. Illuminati, al conciliar esta línea del pensamiento hegeliano, financió a Carlos Marx para crear la “Antítesis” del sistema capitalista, y fue la misma Orden que se encargó de formalizar el plan de extinción de esta “Antítesis”. La aceptación de las promesas de parte de la humanidad para mejores expectativas en general, dará como resultado el surgimiento del reinado del Anticristo Escatológico: La “Síntesis” de Hegel. Una obra maestra demoníaca.





“Revolución” realmente significa, “subversión” de la civilización occidental.


“El cristianismo es nuestro único enemigo real, ya que todos los fenómenos políticos y económicos de los Estados burgueses son sólo sus consecuencias”, según Rakovsky. (Griffin, pág 264)

La paz es algo “contra-revolucionario”, ya que es la guerra la que allana el camino para la revolución.


Rakovsky, cuya lengua fue aflojada por un leve narcótico en su vino, se refiere a los Illuminati como “ellos”. Era miembro, aunque no formaba parte del círculo interno.

Explica que los “Illuminati” constituyen una sociedad secreta masónica que promueve el comunismo. Significativamente, su fundador, Adam Weishaupt tomó el nombre de “la segunda conspiración contra el cristianismo de la época: el agnosticismo”. (249)

Cómo salió a la luz este apasionante asunto.

El interrogador fue uno de los agentes de Stalin más inteligentes, Gavriil Kus’min conocido como “Gabriel”.
Aparte de él y un técnico de sonido, un médico, Jose Landowsky, eran las únicas personas presentes.
Reclutado por la NKVD para ayudar a “aflojar las lenguas de los detenidos,” el Dr. Landowsky estaba enfermo por las muchas torturas que había presenciado.

El interrogatorio de Rakovsky, sin embargo, fue cordial. El Dr. Landowsky dudó si el narcótico que puso en la bebida de Rakovsky hizo efecto.

El interrogatorio, que se realizó en francés duró desde la medianoche hasta las 7 de la mañana, Kus’min ordenó a Landowsky que tradujera la entrevista al ruso e hiciera dos copias.
El contenido era tan excitante que Landowsky hizo una copia adicional con papel carbón para él. “No me arrepiento de haberlo hecho”, escribió. (279) (Los bolcheviques habían fusilado al padre de Landowsky, un coronel zarista, en la revolución de 1917).





Un voluntario español de la División Azul más tarde encontró el manuscrito en el cadáver de Landowsky en una cabaña en el frente de Petrogrado durante la Segunda Guerra Mundial. Se lo llevó a España y fue publicado con el título de “Sinfonía en Rojo Mayo” en 1949.

El texto completo de “La Sinfonía Roja” fue colgado en la red por Peter Myers.
La traducción fue publicada en Inglés en 1968 como “The Red Symphony: X-Ray of Revolución”. Se puede encontrar en “El IV Reich de los ricos” de Des Griffin (1988). Yo recomiendo este libro y todo lo que este hombre inteligente ha escrito.

REVELACIONES.


Rakovsky da a su interrogador una impresionante visión de la historia moderna con el fin de demostrar que sus padrinos controlan el mundo.

“El dinero es la base del poder,” dice Rakovsky y los Rothschilds los fabrican gracias al sistema bancario.
El “Movimiento Revolucionario” es un intento de Meyer Rothschild y sus aliados para proteger y ampliar este monopolio mediante el establecimiento de un nuevo orden mundial totalitario.

Según Rakovsky, “Los Rothschilds no eran los tesoreros, sino los jefes del primer comunismo secreto… Marx y los más altos jefes de la Primera Internacional … fueron controlados por el Barón Lionel Rothschild [1808-1878], revolucionario cuyo retrato fue hecho por el Primer Ministro inglés, Disraeli, que también fue su criatura, y nos ha llegado en la novela de Disraeli: “Coningsby”.(250)

Nathaniel, el hijo de Lionel, (1840-1915) necesitó derrocar la dinastía cristiana de los Romanoff. A través de sus agentes Jacob Schiff y los hermanos Warburg, financió a los japoneses en la guerra ruso-japonesa y una fallida insurrección en Moscú en 1905. Entonces instigó a la Primera Guerra Mundial (Trotsky estuvo detrás del asesinato del archiduque Fernando) y financió la Revolución bolchevique de 1917. Rakovsky dice que estuvo presente en la transferencia de fondos en Estocolmo. (251-252)



El movimiento obrero judío o “bund” fue el instrumento de los Rothschild. La “facción secreta” del Bund estaba infiltrada en todos los partidos socialistas de Rusia y proporcionó el liderazgo para la Revolución Rusa. Alexander Kerensky, el Primer Ministro menchevique fue un miembro secreto. (253)

Leon Trotsky se suponía que iba a convertirse en el líder de la URSS. Trotsky, que era judío, se casó con la hija de uno de los colaboradores más cercanos de los Rothschild, el banquero Abram Zhivotovsky y se convirtió en parte del “clan”.

Lamentablemente, un comunista “patriota” como Lenin (que tenía un abuelo judío) se puso en el camino. Lenin se impuso a Trotsky y firmó la paz con Alemania (Tratado de Brest Litovsk en 1918). Este no era el plan de los Rothschild.
Se suponía que la Primera Guerra Mundial acabaría tal y como lo hizo la Segunda Guerra Mundial. Se esperaba que Rusia derrotara a Alemania en 1918 y ayudaría a los “revolucionarios” locales a establecer “repúblicas populares”.

Trotsky intentó asesinar a Lenin en 1918, pero Lenin sobrevivió. Cuando Lenin tuvo un accidente cerebro-vascular en 1922, Trotsky hizo que Levin, el médico judío de Lenin, acabara con él.
En este momento crítico, lo inesperado sucedió. Trotsky se puso enfermo y Stalin fue capaz de tomar el poder. En este momento crucial, los trotskistas fingieron apoyar a Stalin y a su régimen para infiltrarlo con el fin de sabotearlo.



Rakowsky caracteriza a Stalin como “bonapartista”, un nacionalista, en contraposición a un comunista internacionalista como Trotsky.
Articulo amplio pulsar sobre leer más


“Él es un asesino de la Revolución; no la sirve, sino que la utiliza; representa al más antiguo imperialismo ruso; al igual que Napoleón que se identificó a sí mismo con los galos …” (257)

CONTENIENDO A STALIN

Con el fin de controlar a Stalin, la Inernacional Financiara se vio obligada a fabricar a Hitler y el partido nazi. Rakowsky confirma que los financieros judíos financiaron al partido nazi, pero que Hitler no era consciente de ello.
“El embajador Warburg se presentó con un nombre falso y Hitler ni siquiera adivinó su raza … él también mintió acerca de a quien representaba … Nuestro objetivo era provocar una guerra y Hitler era la guerra … [los nazis] … recibieron millones de dólares que se les envíaban desde Wall Street y millones de marcos de los financieros alemanes a través de Schacht; para el mantenimiento de las SA y las SS y también para la financiación de las elecciones … ” (259-260)
Por desgracia para los banqueros, Hitler también resultó difícil de manejar. ¡Empezó a imprimir su propio dinero!

“Él tomó para sí el privilegio de fabricar dinero y dinero no sólo físico, sino también financiero, se hizo con el control de la maquinaria de falsificación e hizo que trabajara para beneficio del estado … ¿Es usted capaz de imaginar qué habría pasado… si hubiera infectado a cierto número de Estados y se hubiera llegado a la creación de un período de autarquía [norma absoluta en sustitución de la de los banqueros]. Si puede, entonces imagine lo contrarrevolucionario de esto … ” (263)



Hitler se había convertido en una amenaza mayor que la de Stalin, que no había manoseado el dinero. La misión real de Rakovsky era la de convencer a Stalin para que hiciera un pacto con Hitler y revolver la agresión de Hitler contra el Oeste. El propósito era que Alemania y las naciones occidentales se agotaran antes de abrir otro frente en el este.

[Según Walter Kravitsky, el jefe de la Inteligencia Militar Soviética en Europa, que desertó a Occidente y más tarde fue asesinado en 1941, Stalin estaba decidido a hacer un pacto con Hitler ya en 1934. No se mostró dispuesto a luchar contra los Nazis. ¿Es posible que Rakovsky y sus patrocinadores no lo supieran? Kravitsky en: “Stalin's Secret Service” (1939)]

Rakovsky instó a los rusos a utilizar la táctica de “engañar con la verdad”. Los rusos debían impresionar a Hitler con su genuino deseo de paz. Hitler no debía sospechar que se estaba preparando una guerra en dos frentes.

A Stalin le dieron dos opciones. Si se repartía Polonia con Hitler, Occidente le declararía la guerra a un solo agresor: Alemania. Si se negaba, los banqueros permitirían a Hitler que lo derrocara.

Kus’min exigió que lo confirmara alguien de alto nivel. Rakovsky le dijo que hablara con Joseph Davies, embajador de los EE.UU. en Moscú, un compañero masón y representante ante la Internacional Comunista de la Administración Roosevelt.

Enviaron a alguien para hablar con Davies, que confirmó que “todo el mundo saldría ganando” si se amnistiaba a Rakovsky. El 2 de marzo de 1938, un poderoso mensaje de radio fue enviado a Moscú en el sistema de cifrado de su Embajada en Londres.

“Amnistía o el peligro nazi aumentaría”, decía el mensaje. Davies asistió al juicio de Rakovsky y le hizo un saludo masónico. El mismo día, el 12 de marzo de 1938, Hitler invadió Austria.
La pena de muerte de Rakovsky fue conmutada. Algunos creen que vivió bajo una falsa identidad y otros que lo mataron en 1941.

Se iniciaron negociaciones secretas con Hitler. El resultado fue el Pacto Molotov – Ribbentrop, firmado en agosto de 1939 justo una semana antes de la invasión de Polonia.
El interrogatorio parece que hizo llegar a un acuerdo entre Stalin y los Illuminati.

Ssimbologia illumianti en la propaganda comunista de la URRS


Las luchas de Rusia en el engranaje de los Rothschild.


Europa y los Estados Unidos hace mucho tiempo que han sucumbido al control de los Rothschild-Illuminati. En Rusia, todavía hay algunos espasmos de muerte.
Recientemente, Vladimir Putin detuvo a Mikhail Khordordovsky, el jefe de la mayor empresa petrolera rusa: “Yukos” y “el hombre más rico de Rusia.”

Putin anunció que Rusia podría aprovechar sus $12.000 millones, el 26% de las acciones de la compañía petrolera, uno de los muchos bienes nacionales saqueados en la reorganización del comunismo hace 15 años.
Después nos enteramos de que las acciones ya habían pasado a poder del banquero Jacob Rothschild en virtud de un “acuerdo desconocido” diseñado para tal circunstancia. Los dos [Khordordovsky-Rothschild] se habían conocido durante años “a través de su amor por las bellas artes”.
Rakovsky le dijo a Kus’min que los Illuminati nunca toman posiciones políticas o financieras. Utilizan “intermediarios”.




Mas simbologi amasonica relaciona con el comunismo-socialismo en este caso las similitudes son
mas que evidentes, Escuda de la antigua RDA Alemana tras la II guerra mundial, otra operacion illumianti
gestionada y financida por la familias de banqueros illuminati y sus intereses en el viejo continente



“Los banqueros y los políticos son sólo hombres de paja… a pesar de que ocupan lugares altos y parecen ser los autores de los planes que se llevan a cabo…” (248-249)
Obviamente Khodordovsky es un “intermediario” de los Rothschild. También lo son Richard Perle, Henry Kissinger y Ariel Sharon, cada uno de ellos habló en contra de la acción de Putin. Perle, el arquitecto de la Guerra de Irak, pidió la expulsión de Rusia del G-8. Sharon expresó su preocupación por “la persecución de los hombres de negocios judíos”. Khodordovsky es judío como es su sucesor Simon Kukes, Perle y Kissinge

Y si todavia alguno tiene alguna duda de como los illuminati manipulan las idelogias por la que muchos dicen estar dispuestos a morir:

Tipico saludo masonico-illuminati extraido de un video original, mas abajo puede ver el video completo
Saludo masonico presidente de los EU R. Reagan y el presidente de la antigua U.R.S.S. Gorbahov

Articulos videos y librosrelacionados:

Masónico apretón de manos de Reagan y Gorbachov

COMUNISMO RUSO, MASONERIA , LA UNION EUROPEA, NWO VERDE

La Nueva Religión Mundial"


Tanto el comunismo como el nacismo, tienen puntos idelogicos en comun, y
pertenece la logica casuistica, en absoluto, el concepto NWO es una
tirania global al estilo regimen comunista Chino, sin libertades con
CENSURA total y sin garantizar los derechos y libertades mas basicas.

Así, el resultado del conflicto entre la “Tesis” y la “Antítesis” sería la “Síntesis” (en este caso, “el gobierno del Anticristo Final”, “el último reinado gentil”, “el Nuevo Orden Mundial”). De esto se establece que “el conflicto provoca el cambio, y el conflicto planificado provocará el cambio planificado”. Illuminati, al conciliar esta línea del pensamiento hegeliano, financió a Carlos Marx para crear la “Antítesis” del sistema capitalista, y fue la misma Orden que se encargó de formalizar el plan de extinción de esta “Antítesis”. La aceptación de las promesas de parte de la humanidad para mejores expectativas en general, dará como resultado el surgimiento del reinado del Anticristo Escatológico: La “Síntesis” de Hegel. Una obra maestra demoníaca.

El comunismo y el cuento de las revoluciones sociales, no han sido mas que otra forma de manipularnos, con millones de inocentes que han dado su vida creyento en la causa que defendian, pero como siempre, desde los sillones comodos y confortables de las logias masonicas, los ideologos y creadores de los sistemas de control, han sabido usar conveientemente para sus fines globacionistas y de NWO

Por favor resisitir el NWO sin nigun tipo de fanatismo idelogico, es por ese sentido como os tienen completamente controlados y aleccionados, solo tienen que ladrar a un perro para que tu actues, replanteate a los sectores politicos que perteneces, puede que las bases no sepan ni tengan conocimiento de toda esta gran mentira, pero es evidente que desde la cuspide de la piramide del control, lo conocen muy bien

QUE NO TE MANIPULEN MAS

NI IZQUIERDAS NI DERECHAS SE LIBRE CONSCIENTE PIENSA POR TI MISMO ESA ES LA VERDADERA R-EVOLUCION

SOLO UNIDOS SIN DIVISIONES PODREMOS ACABAR CON LA DICTADURA Y MAFIA ILLUMINATI

miércoles, 16 de febrero de 2011

Los banqueros “bolcheviques”

Existen numerosas evidencias que demuestran que la Revolución rusa de 1917 fue financiada por la banca internacional liderada por el poderoso sindicato de banqueros judíos instalados en Wall Street y Londres.

El influyente Rabino Wise declaraba lo siguiente en el New York Times del 24 de marzo de 1917: «Creo que de todos los logros de mi pueblo, ninguno ha sido más noble que la parte que los hijos e hijas de Israel han tomado en el gran movimiento que ha culminado en la Rusia Libre (¡La Revolución!)».

Asimismo, del Registro de la Comunidad Judía de la ciudad de Nueva York, se extrae el siguiente texto:

«La empresa de Kuhn-Loeb & Company sostuvo el préstamo de guerra japonés entre 1904 y 1905, haciendo así posible la victoria japonesa sobre Rusia… Jacob Schiff financió a los enemigos de la Rusia autocrática y usó su influencia para mantener alejada a Rusia de los mercados financieros de los Estados Unidos».

En 1916 se celebró en Nueva York un congreso de organizaciones marxistas rusas. Estos gastos fueron sufragados por el banquero judío Jacob Schiff. Otros de los banqueros que asistieron e hicieron generosas donaciones fueron Felix Warburg, Otto Kahn, Mortimer Schiff y Olaf Asxhberg.

Sin embargo, según la historia oficial que se enseña en las escuelas y en las universidades se asegura que las revoluciones de 1905 y 1917 en Rusia se debieron a un minúsculo grupúsculo de revolucionarios marxistas que, liderados por Lenin y Trotsky lucharon heroicamente contra la opresión y la tiranía zarista logrando alcanzar el poder e implantar un sistema, el marxista, que había sido diseñado por un judío alemán varias décadas antes para ser implantado en la Alemania industrializado, y no en la paupérrima Rusia rural y desindustrializada. Consecuencia: la revolución marxista creó más miseria y desheredados que el propio sistema que pretendía erradicar.

Para toda empresa, incluida la implantación del marxismo, se necesita mucho dinero, un dinero cuya procedencia jamás aclararon los líderes del marxismo. Sin dinero e influencias no se puede lograr nada.

Sabemos que durante la guerra de Crimea (1853-1856) James Rothschild se ofreció muy gentilmente para su financiación y que la emperatriz Eugenia de Montijo intercedió en su favor para convencer al emperador francés Napoleón III. Gracias a esto, Rothschild consiguió un doble objetivo: accedió al consejo de administración del Banco de Francia, y logró infligir un serio revés al zar, considerado ya entonces el tiránico opresor de los judíos. El duque de Coburgo cuenta esto en sus memorias:

«Esta actitud hostil [contra el zar] debe atribuirse a que los israelitas sufrían una particular opresión en Rusia».

Muy caro le iban a costar a Francia sus negocios con los Rothschild. Más tarde, la élite financiera judía logró aislar diplomáticamente a Rusia, mientras, a través de la banca Kuhn-Loeb y Cía. de New York, cuyo jefe era Jacob Schiff, agente de Rothschild, financió al Japón en 1905 y se ocupó de que el resto de banqueros del sindicato internacional no concediesen créditos a Rusia para seguir adelante con la guerra, lo que provocó la derrota rusa y la consiguiente revolución que se desató en 1905.

Otra vez se había aplicado la fórmula Rothschild de cerrar el grifo del crédito al gobierno que le interesaba derrocar, y concederlo al que convenía potenciar para eliminar al primero. Aquella línea de crédito abierta por la banca judía al Japón le sirvió para modernizar su Ejército y su Armada, cuyo expansionismo culminaría con la invasión de China en 1937 y, posteriormente, con su intervención en la Segunda Guerra Mundial contra Estados Unidos y Gran Bretaña, los mismos países que le habían financiado a partir de 1905 para vencer a los rusos, y en 1914 para frenar el expansionismo alemán en el Extremo Oriente.

Hacia esa época, durante la breve guerra ruso-japonesa de 1905, y la sangrienta revolución que agitó el imperio ruso, hizo su aparición en escena un tal Leiba Davidovich Bronstein, alias León Trotsky, que es encarcelado y logra huir de Siberia para residir después en Suiza, París y Londres donde conoce a otros refugiados como Lenin, Plejanov y Martov. Así lo cuenta el propio Trotsky en su autobiografía:

«He vivido exiliado, en conjunto, unos doce años, en varios países de Europa y América: dos años antes de estallar la revolución de 1905 y unos diez después de su represión. Durante la guerra, fui condenado a prisión por rebeldía en la Alemania gobernada por los Hoehenzollern (1905); al año siguiente fui expulsado de Francia y me trasladé a España, donde, tras una breve detención en la cárcel de Madrid y un mes de estancia en Cádiz bajo la atenta vigilancia de la policía, me expulsaron de nuevo y embarqué con rumbo a Norteamérica. Allí, me sorprendieron las primeras noticias de la revolución rusa de febrero [1917]. De vuelta a Rusia, en marzo de ese mismo año, fui detenido por los ingleses e internado durante un mes en un campo de concentración en Canadá. Tomé parte activa en las revoluciones de 1905 y 1917, y en ambas ocasiones fui presidente del Soviet de Petrogrado. Como hijo de un terrateniente acomodado, pertenecía más bien al grupo de los privilegiados que al de los oprimidos. En mi familia y en la finca se hablaba el ruso ucraniano. Y aunque en las escuelas sólo admitían a los chicos judíos hasta un cierto cupo, por cuya causa hube de perder un año, como era siempre el primero de la clase, para mí no regía aquella limitación».

Resulta que en ese período tan convulso de la historia, Trotsky se convierte en un hombre de élite, regresando a Rusia casado con la hija de Givotovsky uno de los socios menores de los banqueros Warburg, socios y además parientes de Jacob Schiff, de ahí que Trotsky se convierta en el principal revolucionario de 1905. La conexión de Trotsky con la revolución bolchevique se realiza gracias a la mujer de Lenin, Krupsakaya. Tanto peso tenía esta mujer que el movimiento bolchevique que Trotsky señala su trabajo en el exilio. Por supuesto que, del misterioso origen de sus fuentes de financiación, no se dice ni una sola palabra:

«Lenin había ido concentrando en sus manos las comunicaciones con Rusia. La secretaría de la redacción estaba a cargo de su mujer, Nereida Kostantinovna Krupsakaya. La Krupsakaya era el centro de todo el trabajo de organización, la encargada de recibir a los camaradas que llegaban a Londres, de despachar y dar instrucciones a los que partían, de establecer la comunicación con ellos, de escribir las cartas, cifrándolas y descifrándolas. En su cuarto olía casi siempre a papel quemado, a causa de las cartas y papeles que constantemente había que estar haciendo desaparecer».

Los banqueros judíos también apoyaron a la URSS durante la Guerra Fría, tanto económica como tecnológicamente, gracias al traspaso de patentes e información técnica. Del mismo modo que llevan dos décadas apoyando y favoreciendo de todas las maneras imaginables al Régimen comunista chino.

Mientras las potencias occidentales se gastaban miles de millones de dólares en armarse contra el enemigo soviético, los especuladores controlaban a los dos bandos, como ya lo habían hecho durante las guerras napoleónicas y la primera guerra mundial. Su táctica era infalible. Ganara quien ganara, ellos nunca saldrían perdiendo. Veamos algunos ejemplos concretos sobre esta cuestión:

Después de la Revolución bolchevique, la Standard Oil, unida a los intereses de los Rockefeller, invirtió millones de dólares en negocios en la URSS. Entre otras adquisiciones, se hizo con la mitad de los campos petrolíferos del Cáucaso.

Según informes del Departamento de Estado norteamericano, la banca Kuhn-Loeb financió los planes de recuperación de los bolcheviques durante los cinco primeros años de la Revolución (1917-1922).

El ex director de cambio y divisas internacionales de la Reserva Federal admitió en una conferencia pronunciada el 5 de diciembre de 1984 que la banca soviética influía enormemente en el mercado interbancario a través de determinadas empresas “análogas” estadounidenses. Asimismo, los soviéticos se aliaron en 1980 con grandes empresas occidentales para controlar el mercado mundial del oro.

Según se desprende de documentos del FBI desclasificados y del Departamento de Estado norteamericano, apoyados por documentos del Kremlin filtrados tras la caída de la URSS (1991), el magnate Armand Hammer financió y colaboró desde los primeros años de la Revolución bolchevique en el establecimiento de la Unión Soviética. Albert Gore, padre del ex vicepresidente Al Gore, trabajó durante buena parte de su vida para Hammer. Albert Gore, desde su puesto en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, abortó varias investigaciones federales sobre las relaciones de Hammer con la URSS. Además, el multimillonario financió la carrera política de Al Gore, candidato a la presidencia de EEUU en 2000 y que, finalmente, fue polémicamente derrotado por George W. Bush.

El Comité Reece del Congreso de los Estados Unidos, encargado de investigar las operaciones de las fundaciones libres de impuestos, descubrió la implicación de estas supuestas sociedades filantrópicas dependientes de la banca privada, en la financiación de movimientos revolucionarios en todo el mundo.

El New York Times publicó que el conocido magnate Cyrus Eaton, junto con David Rockefeller, alcanzó varios acuerdos con los soviéticos para enviarles todo tipo de patentes durante la época de la Guerra Fría. Es decir, los especuladores internacionales estuvieron durante años enviando a la URSS capacidad tecnológica estadounidense para que pudiese seguir la estela de EEUU en la carrera de armamentos. Algo que ya denunció el senador y futuro presidente Richard Nixon en 1949, cuando Mao Zedong se hizo con el poder en China. En 1972 los banqueros le obligaron a sellar la paz con el tirano chino y dos años después le “expulsaron” de la Casa Blanca a través del escándalo del Watergate por haber opuesto demasiadas objeciones a la que se conoció como “la gran apertura a China”.
George Soros, es uno de los grandes especuladores de nuestra época, y digno continuador de los Rothschild, Rockefeller y Warburg. Resulta muy revelador recordar lo que el propio banquero Paul Warburg declaró en cierta ocasión ante los miembros del Senado estadounidense:

“Nos guste o no, tendremos un gobierno mundial único. La cuestión es, si se conseguirá mediante consentimiento o por imposición”.

La instauración de la Sociedad de Naciones, tras la Primera Guerra Mundial, precursora de la actual Organización de las Naciones Unidas (ONU), refundada después de la Segunda Guerra Mundial, fue el paso previo para el establecimiento de ese gobierno mundial del que hablaba Warburg.

En 1929, cuando se produjo la gran crisis financiera de Wall Street, inducida por los Rothschild, Rockefeller, Warburg, Morgan y los demás banqueros del trust internacional, el Partido Nazi contaba con cerca de 180000 afiliados y, en las siguientes elecciones generales obtuvo 107 diputados en el Reichstag o Parlamento alemán. Tras una serie de crisis gubernamentales provocadas deliberadamente, las elecciones de 1932 le dieron la mayoría al Partido Nacional Socialista con 230 diputados.

Los mismos especuladores que financiaron la Revolución bolchevique, fueron los responsables de la ascensión de Hitler al poder facilitándole el dinero para conseguirlo. Alguien puede objetar diciendo que esos banqueros eran de origen judío casi todos, y que los nazis eran marcadamente antijudíos. Las propias palabras de Rockefeller (de origen judío) explican esta aparente contradicción:

“Los negocios y las empresas deben estar por encima de los conflictos entre las Naciones”.

El Partido Nacional Socialista obtuvo todo tipo de apoyos desde los grandes bancos y trusts financieros. Los principales banqueros creían que sólo con Hitler en el poder se podría evitar que se llevase a cabo el plan de recuperación económica ideado por el doctor Wilhelm Lauterbach. El principal agente de los banqueros internacionales en esta operación fue Greeley Schacht, presidente del Banco Central de Alemania, y desde siempre vinculado a los intereses de la Banca J. P. Morgan.

Con su polémica renuncia al cargo, Schacht provocó una profunda inestabilidad política y, en apenas cuatro años, Alemania tuvo otros tantos gobiernos. El último de ellos, presidido por Von Schieicher, consiguió cierta estabilidad, desasosegando a los especuladores. Con el apoyo de Schacht, los banqueros consiguieron que Von Schieicher fuese destituido de su cargo de canciller y colocaron en su lugar a Hitler, fuertemente apoyado por la gran banca judía con sede en Wall Street. En 1933 Hitler consiguió el apoyo de más del 90% de los votantes, erigiéndose en Führer (caudillo) con una mayoría en las urnas apabullante.
En la famosa Noche de los Cuchillos Largos, uno de los asesinados, por supuesto, fue Von Schleicher, el único que podía hacer frente a los intereses oligárquicos de la banca privada que, unidos a las ansias de poder del nuevo canciller alemán, provocaron la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Una de las incógnitas de esa guerra es saber por qué la aviación aliada, que contó con la supremacía aérea a partir de 1943, no destruyó las vías férreas que transportaban a los deportados judíos a los campos de exterminio.

Tal vez una de las razones sea que desde la segunda mitad del siglo XIX los judíos hasidim de Europa oriental controlaban el mercado internacional de diamantes, que amenazaba con desbancar al del oro, fiscalizado a nivel mundial por los Rothschild de Londres. Si el oro, como valor absoluto de intercambio, era substituido por los diamantes, podía darse un dramático vuelco en los mercados internacionales de divisas.

Por otra parte, los cientos de miles de judíos europeos a los que los sionistas querían convencer para que abandonasen sus hogares y emigrasen a Palestina para fundar allí un Estado hebreo, no lo habrían hecho de no haberse visto obligados por la amenaza de la persecución, primero, y por las dramáticas consecuencias del Holocausto, después.
Y esto nos lleva a tomar en consideración una maquiavélica ecuación histórica, una diabólica y trágica relación causa-efecto, según la cual, de no haberse producido el Holocausto, jamás hubiese llegado a fundarse el moderno estado de Israel. Repasemos brevemente los prolegómenos de la fundación del “hogar judío” en Palestina preconizado por los sionistas.
Un falso telegrama enviado el 16 de enero de 1917 por el secretario de Asuntos Exteriores alemán, Arthur Zimmermann, a su embajador en México, Heinrich von Eckardt, durante la Primera Guerra Mundial, sirvió para convencer al pueblo norteamericano de que el Gobierno mexicano estaba ultimando una alianza con el káiser Guillermo II para invadir los Estados Unidos y recuperar los territorios perdidos en 1848. El telegrama fue “convenientemente” interceptado por los británicos y entregado por el almirante Hall al ministro de Relaciones Exteriores, Arthur James Balfour, que se lo dio al embajador estadounidense en Gran Bretaña, Walter Page, quien a su vez se lo envió al presidente Woodrow Wilson.

El contenido de aquel telegrama aceleró la entrada de los Estados Unidos en la guerra. Además, el mensaje fue enviado en un momento en que los sentimientos belicistas se vivían con particular intensidad en Estados Unidos: un submarino alemán había torpedeado el paquebote RMS Lusitania, un barco de pasajeros inglés. Varios cientos de pasajeros estadounidenses que viajaban a bordo, perdieron la vida. Muchos años después, ya en la década de los años ochenta, cuando la historia no interesaba a nadie, se demostró que el Lusitania, tal como había declarado el comandante del sumergible alemán (por la implosión que se produjo en el buque), transportaba munición de artillería. La misión de “señuelo” del RMS Lusitania fue planificada y aprobada por el propio lord del Almirantazgo, Winston Churchill.

Además de involucrar hábilmente a los Estados Unidos en la contienda, los británicos prometieron a los influyentes banqueros judíos, próximos a los postulados sionistas de Theodor Herzl, que si Gran Bretaña derrotaba a Turquía, apoyaría la creación del anhelado «hogar judío» en Palestina.

Por supuesto, ese «hogar» tenía un precio, así que la comunidad judía internacional debía contribuir al esfuerzo de guerra británico. Paralelamente, Arthur Balfour prometió exactamente lo mismo a los árabes si combatían a los turcos en calidad de aliados de Gran Bretaña. Cuando acabó la guerra “donde dije digo, digo Diego y aquí paz, y después gloria”. Los ingleses se apropiaron de los territorios turcos, establecieron unas fronteras trazadas con tiralíneas (que aún se mantienen) y dividieron aquellas tierras árabes en países ficticios que no se correspondían con las etnias que los habitaban desde los tiempos bíblicos, sino con los ricos yacimientos petrolíferos que contenían. A continuación, crearon una serie de maleables petromonarquías de opereta, y se dedicaron a explotar tranquilamente sus nuevos negocios. Básicamente, el sistema de alianzas establecido en 1919 ha perdurado hasta nuestros días.

El teniente Thomas E. Lawrence (el “Lawrence de Arabia” de la excelente película de David Lean) se mostró siempre crítico con aquellos planes del Gobierno británico, y así se lo hizo saber a lo largo de varios años, hasta que en 1935, aquel molesto héroe de la guerra del desierto falleció en un extraño accidente de tráfico cuando pilotaba su motocicleta por una solitaria carretera que atravesaba la bucólica campiña inglesa.

Entretanto, los judíos se sentían estafados por los ingleses. Sin embargo, y para paliar los efectos del monumental engaño, durante la época de entreguerras (1919-1939), los británicos permitieron a los judíos instalarse en Palestina. La mayoría eran rusos blancos (antibolcheviques) y europeos del este, ex ciudadanos del disuelto Imperio Austrohúngaro. A partir de 1933, el flujo migratorio de judíos alemanes a Palestina fue también considerable. Hasta esa época, la de entreguerras, la población judía en Palestina era mayoritariamente sefardí, descendientes de aquellos judíos españoles expulsados en 1492.
Terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, la marea de colonos judíos desembarcando en Palestina fue imparable y, recuerda inquietantemente, las fenomenales avalanchas de marroquíes y subsaharianos que han llegado a España en los últimos diez años. De hecho, la táctica empleada por los judíos europeos en Palestina, recuerda mucho la que están empleando ahora los marroquíes en Ceuta y Melilla: conseguir, a través de la inmigración, la mayoría demográfica necesaria para obtener su independencia o, lo que es lo mismo, en caso de las ciudades autónomas españolas, su integración en Marruecos.
Viendo lo que se les venía encima, los británicos se quitaron de en medio y los judíos proclamaron el estado de Israel el 14 de mayo de 1948. El resto del problema es de sobras conocido.

Arthur Balfour creó un terrible equívoco en 1916, y esa artimaña diplomática de los británicos tuvo unos efectos catastróficos en la zona. Luego, en 1948, secundados por los estadounidenses, “vendieron” a los judíos algo que no les pertenecía para saldar una vieja deuda de guerra.

En 1916 Wilson fue reelegido presidente de los Estados Unidos. Uno de sus eslóganes durante la campaña electoral fue: “Él nos mantuvo alejados de la guerra”. Pero sus intenciones eran bien distintas. El coronel Mandel House, agente del trust de la banca y mano derecha de Wilson, tenía instrucciones precisas para lograr que la nación participase en aquella guerra global cuyos solapados motivos eran estrictamente mercantilistas.
La banca internacional había prestado grandes sumas de dinero a Gran Bretaña, implicándose en su industria y en su comercio exterior. Sin embargo, los negocios británicos se veían frenados por la competencia cada vez más dura de Alemania. Al sindicato internacional de banqueros le interesaba una guerra para no perder buena parte de sus intereses en el Reino Unido. Además, necesitaban urgentemente el auxilio militar estadounidense. En ese empeño, el cártel financiero utilizó a todos sus agentes norteamericanos, sobre todo a Mandel House, y todo su poder mediático.
La mayoría de los grandes periódicos de la época estaban en manos de banqueros que eran sus principales accionistas. Si la excusa perfecta para declararle la guerra a España en 1898 llegó con el hundimiento del USS Maine y la proporcionaron los periódicos sensacionalistas de Hearst, el pretexto para entrar en la guerra europea llegó con el hundimiento del paquebote RMS Lusitania por los alemanes en 1915.

La noticia fue magnificada por la misma prensa amarilla del magnate Randolph Hearst que había fomentado la intervención norteamericana en Cuba, y en cuyos periódicos la Embajada alemana en Washington había publicado reiterados avisos advirtiendo que el RMS Lusitania transportaba armamento, y que su país y Gran Bretaña estaban en guerra, situación que se daba también en alta mar, por lo que sus submarinos tenían orden de hundir cualquier buque que transportase tropas o municiones con destino a Gran Bretaña y sus aliados.

Todo fue en balde. Casi dos años después, en abril de 1917, bajo el lema “La guerra que acabará con todas las guerras” Estados Unidos entró en el conflicto.

Pero aquella lejana guerra de 1914-1918 no acabó con todas las guerras, como se dijo falazmente para engañar a la opinión pública. Fue, más bien, el principio de todas las demás guerras que asolaron al mundo a lo largo del siglo XX y lo que llevamos de este siglo XXI, que no parece que vaya a ser mejor que el anterior.

Como siempre, los que manejan los hilos de la economía y la política internacional, permanecen ocultos entre bastidores. Y mientras la ciudadanía siga pensando que las crisis económicas y financieras, así como las guerras, se producen de forma espontánea, los especuladores tendrán asegurada su impunidad.

fuente: http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/64542/los-banqueros-bolcheviques

viernes, 11 de febrero de 2011

COMUNISMO NAZI


¿sistemas rivales u objetivos comunes?

¿Cuántas veces, en nuestras universidades, oímos decir que el nazismo y el comunismo son sistemas opuestos?
Curiosamente, siempre que se dice esto, existe una simpatía - unas veces declarada, otras no - por el comunismo.
A los incautos les puede parecer que el nazi-fascismo y el socialismo son diametralmente opuestos en sus teorías, pues los defensores de la izquierda crean un mito que distancia infinitamente aquellas doctrinas, contrariando la irrefutable realidad de los datos que prueban la existencia de una estrechísima vinculación entre las mismas.
De entre las innumerables semejanzas que identifican al nazi-fascismo con el socialismo podemos destacar algunas, tales como el mismo origen ideológico, y por ende, la doctrina atea, dialéctica, socialista y totalitaria de ambas.
A pesar del mito creado por los socialistas, no podemos dejar escapar a nuestro entendimiento que los ideólogos del fascismo, del mismo modo que Marx, remontaron a Hegel la elaboración de su teoría, adoptando la dialéctica extraída de aquel pensador.
En efecto, no sería exagerado afirmar que el nazi-fascismo y el socialismo tienen a la dialéctica relativista de Hegel como génesis y fulcro. Hegel, por su parte, adoptó todas las proposiciones de Heráclito [540 a 480 A.C.], famoso defensor de la tesis de que la realidad plena e inmutable no existe.
Tal concepción destruye todas las nociones de verdad; nada subsiste de absoluto ni de definitivo, y menos de sagrado.
Nazismo
Comunismo
"El movimiento nacional-socialista tiene un solo maestro: el marxismo"
(Goebbels, "Kampf um Berlin", p. 19)
"Nosotros, comunistas, somos discípulos de Marx y Engels"
(Thorez, Discurso de 28/10/37. Ed. Comité Popular de Propaganda)
"No queremos más a Dios que a Alemania"
(Hitler,"Bayrischer Kurier" de 25/5/23)
"Dios es un enemigo personal de la sociedad comunista"
(Lenin, carta a Gorki)
"Todo del Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado"
(Mussolini, Discurso a la Cámara de los Dip. 9/12/28)
"La Dictadura del Proletariado es una dominación no restringida por la ley y basada en la fuerza"
(Lenin, "El Estado y la Revolución")
"Nosotros somos socialistas, y enemigos mortales del actual sistema económico capitalista".
(Der Nationalsocialismus, die Weltanschauung des 20 Jahrhunderts)
No es necesario probar lo obvio.
"Los niños son educados en común por educadoras experimentadas en maternidades especiales."
(Dupre, "Weltanschauug und Rassenzuechtung")
"Nos acusan de querer abolir la explotación de los hijos por sus padres. Pues bien, confesamos ese crimen".
(Marx y Engels, "El Manifiesto Comunista")
Existe otra semejanza: el nazi-fascismo y el socialismo siguen una doctrina dialéctica y atea.
Marx, de la misma manera que Mussolini, vislumbraba la "perecible" realidad histórica como una síntesis resultante de una antítesis que se contraponía a una tesis. Para ellos la dialéctica se constituía en un instrumento de transformación de lo real. Por eso afirmaba Mussolini que la lucha es el origen de todas las cosas y Marx decía que la lucha de clases era una ley histórica.
Otra interesante semejanza entre los sistemas que estamos tratando es que ambos son defensores del socialismo y aspiran a establecer un Estado totalitario. En ese sentido ya se orientaba la obra nazi ''Der Nationalsocialismus'' con la siguiente afirmación: ''nosotros somos socialistas y enemigos mortales del actual sistema económico capitalista''.
No podemos olvidar el hecho de que el nombre del partido nazi, traducido del alemán, era Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes. Goebbels en ''Kampf Um Berlim'' ya afirmaba: el movimiento nacional socialista [nazista] tiene un solo maestro, el marxismo.
También Lenin en ''El Estado y la Revolución'' definía: "la dictadura del proletariado es la dominación no restringida por la ley y basada en la fuerza".
Finalmente, después de un rápido análisis del nazi-fascismo y del socialismo, nos restan algunas indagaciones: ¿será que hay una substancial diferencia entre los sistemas citados o será que aquel tan procurado punto de divergencia no pasa de un envoltorio ilusorio creado por los espíritus revolucionarios e izquierdistas de las varias épocas?
¿A quien beneficia la existencia de esta distancia entre uno y otro?

fuente: http://www.reconquistaydefensa.org.ar/_estudios/nazismo.htm 

miércoles, 2 de febrero de 2011

INTER-NACIONAL SOCIALISMO MASÓNICO

HISTORIA DEL SOCIALISMO del siglo XXI
Las sociedades secretas en búsqueda de un Nuevo Orden Mundial
Parte XI

Es creencia popular que las sociedades secretas y la iglesia Católica han sido acérrimos enemigos. La verdad es otra; detrás de esa máscara de rechazo mutuo, que es sincero en las capas bajas de esas organizaciones, hay una afinidad de intereses y propósitos para los cuales se ha trabajado durante siglos. En las altas esferas de ambos lados hay líderes comunes que siguen tras el sueño de lograr un gobierno mundial bajo el control de esto que muchos conocen como “el poder invisible”.


Johann Adam Weishaupt
Adam Weishaupt, un jesuita que buscaba consolidar un tipo de gobierno mundial –cuya cabeza debía (y debe) ser el papa- al cual llamó el Nuevo Orden Mundial, intentó por todos los medios controlar a los países europeos protestantes y a los Estados Unidos que se erigían como una nación protestante. Para ello, infiltró las logias masónicas de América y se valió del uso de poderes ocultitas, tan comunes en los jesuitas y en los gobernantes del mundo (del uso de los poderes ocultistas en los gobiernos del mundo, hablaremos después). Para 1789, Weishaupt controlaba todas las logias masónicas de Europa. Y esas logias infiltradas fueron las que produjeron hombres como Simón Bolívar, autócratas y déspotas que buscaban ser las cabezas seudomonárquicas en esa “independencia” latinoamericana.
Weishaupt decía que el establecimiento de ese Nuevo Orden Mundial nunca ocurriría en forma pacífica y democrática, y que éste sistema sólo podría ser establecido por la revolución violenta.
Esta teoría fue perfeccionada años más tarde por otro discípulo jesuita, Hegel, quien dijo en 1823 que “El conflicto provoca el cambio, y el conflicto planificado provocará el cambio planificado”.

Hegel
Hegel sabía que, para conseguir este “cambio planificado”, había que “planificar” el conflicto. Algo en lo que los jesuitas estaban incursionando desde hacía siglos. Los hijos de Loyola habían experimentado con estos cambios “planificados” y habían tenido un relativo éxito. Sabiendo que las ideas de la Revolución Francesa los habían cogido desprevenidos, ocasionándoles mucho daño en los regímenes monárquicos europeos y en las colonias donde actuaban en contubernio con las coronas, eran conscientes de que debían reparar los errores del pasado y “controlar los cambios”, con guerras cuidadosamente planificadas. Las ideas de Hegel fueron propagadas en colegios y universidades católicas originando acalorados debates juveniles en las aulas, hasta que poco a poco el furor hegeliano se fue apagando…. O, al menos, eso parecía.
Pero los jesuitas sabían lo que había que hacer. Hegel les había dado la fórmula: del conflicto de la Tesis con la Antítesis, surgiría la Síntesis resultante. La tesis ya existía: eran los gobiernos de Europa y América: democracias y monarquías “cristianas”. Así que la Antítesis debía inventarse.
Compton, un autor católico eclesial, escribió al respecto: “En 1846, había un sentimiento de cambio en el aire. Un cambio que se extendería más allá de las fronteras de la Iglesia y transformaría muchas facetas de la existencia… Dos años después un selectísimo cuerpo de iniciados secretamente que se llamaban a sí mismos la Liga de Doce Hombres Justos de los Iluminati’, financió a Carlos Marx para que escribiera el Manifiesto comunista… ["The Broken Cross: Hidden Hand In the Vatican" (La cruz torcida: mano oculta en el Vaticano)
Es importante anotar que esta liga de “Doce hombres justos”, o Gobierno de los 12 (G12) fue posteriormente implantada en el Opus Dei y, años más tarde, por César Castellanos y su esposa Claudia Rodríguez de Castellanos (senadora colombiana) quienes aseguraron haber recibido del mismísimo Jesús la “visión del G12” con la cual su iglesia “cristiana” crecería geométricamente hasta apoderarse del mundo “para Cristo”; pero esta visión de los Castellanos no es otra cosa que una copia al carbón del modelo del Opus Dei, igual que calcaron al dedillo los “Encuentros Espirituales” de Loyola para sus propios “Encuentros”. Todo esto tiene el objetico de lograr la obediencia mística de sus seguidores usando el ocultismo.
Estos “illuminati” que financiaron a Marx no son otros que los pertenecientes a la orden ocultista creada por Adam

Mockus, al servicio de los Rothschild
Weishaupt. A su vez, este sacerdote jesuita, en su empeño por establecer los Illuminati e infiltrarlos en la masonería mundial, fue financiado así, como indica Compton: “El (Weishaupt) recibió respaldo financiero de un grupo de banqueros de la Casa de Rothschild. Fue bajo su dirección que se elaboraron los planes a largo plazo y a nivel mundial de los Iluminati…Aquí es importante anotar que esta poderosa familia (Rothschild) tiene intereses económicos en toda latinoamérica; en Colombia sus representantes han sido Julio Mario Santodomingo, César Gaviria, Rudolf Hommes, Fabio Villegas, la familia Urrutia, y otros personajes entre los cuales tenemos a Antanas Mockus, un hijo de lituanos  cuya financiación de su campaña política fue abundante gracias al barril sin fondo de la familia Santodomingo. Cuando fue alcalde de Bogotá, Mockus le entregó a los Rothschild empresas públicas de la capital.
El comunismo era la Antítesis necesaria para este Nuevo Orden Mundial jesuita. Aunque fue teóricamente creado cuando el Manifiesto comunista fue publicado por Carlos Marx y Federico Engels (ambos judíos educados por jesuitas) en 1848, los jesuitas ya habían ensayado este sistema en Paraguay, con sus famosas Reducciones. Estas Reducciones funcionaban como lo hacen los regímenes socialistas modernos: como una dictadura en manos de una oligarquía “socialista” donde no existía la propiedad privada, sino que ésta era totalmente controlada por el Estado Socialista; el mismo Estado controla la educación (el sueño dorado de los jesuitas), los medios de producción y la vida privada de las personas. Tanto las reducciones jesuitas como el comunismo coartan las libertades individuales y eliminan a los intelectuales quienes, como dijo el monje francés ya mencionado, “el enemigo es el intelectualismo” y, para exterminarlo, hay que “cortar cabezas, declarar la guerra, atacar..” Con el tiempo, en el Concilio Vaticano II, en 1960, los jesuitas lograron que el papado apoyara todos los movimientos comunistas del mundo. A partir de este Concilio, la Santa Sede, en política abierta, ordenó a todos sus sacerdotes y obispos que apoyaran a Cuba, China y Moscú. Fue a partir de 1960 que la Iglesia, como política clara y sin ambages, aceptó patrocinar otro invento jesuita: La Teología de la Liberación, un tema que trataremos después.
Obedeciendo estas premisas jesuíticas, los regímenes comunistas (o socialistas) de Mao, Stalin, Fidel Castro y otros, no han dudado en exterminar a los intelectuales de sus países. Saben claramente que los intelectuales son peligrosos alborotadores y que es mejor la obediencia ciega de las masas incultas, analfabetas y místicas. Si se observa bien, esta es la premisa de los movimientos guerrilleros de América Latina quienes, siguiendo las instrucciones jesuitas de que “el fin justifica los medios” y que cualquier acción, incluso la matanza de personas, es loable si se hace por “motivos altruistas”. Son las mismas normas morales jesuíticas constantemente enunciadas por el Polo Democrático, movimiento político colombiano apoyado por las FARC y –por ende- el narcotráfico, en vocería del ex magistrado Carlos Gaviria que pregona constantemente que los delitos que cometan los guerrilleros, así estos sean atroces, deben ser considerados como delitos “políticos” y juzgados con benevolencia.

Carlos Gaviria defiende y promueve el asesinar personas por motivos "altruistas"
Por “benevolencia” se entiende que no pueden ser castigados. Gaviria también ha publicado en El Tiempo,  que las acciones encaminadas a derrocar el gobierno legítimo de Álvaro Uribe, son loables ya que el gobierno de Uribe –dice él- es ilegítimo. Las mismas normas morales enunciadas por grupos radicales de “evangélicos cristianos” que tanto en Estados Unidos, como en Venezuela y Colombia, apoyan a líderes políticos cuestionables, ordenando a sus fieles apoyarlos mientras declaran que cualquier guerra que estos adelanten, tiene “el favor de Dios”. Jesuitismo puro.
Cualquiera diría, entonces, que los dos regímenes, la democracia capitalista y el comunismo, son antagónicos. La verdad es que sí y no. Son antagónicos en cuanto a sus premisas pero ambos tienen en común sus patrocinadores y beneficiarios. En ambos casos, quienes manejan los hilos del poder, subrepticia o abiertamente, son los jesuitas, quienes al mismo tiempo controlan la banca internacional en manos de judíos a su servicio.
Por tal razón, no es raro que los capitalistas gringos de Wall Street estuvieran dichosos con este nuevo sistema –el socialismo- recién impuesto en Rusia.
Anthony Sutton, en su libro,  “Wall Street And The Bolshevik Revolution”, reimprime una caricatura política que fue creada por Robert Minor, publicada originalmente en el St. Louis Dispatch en 1911.

Caricatura de Marx donde se evidencia el apoyo del capitalismo de Wall Street a su "comunismo"
Aunque en 1911 el comunismo no se había establecido aún en Rusia, donde gobernaba todavía el zar, esta caricatura muestra a Carlos Marx en medio de la calle en la zona de Wall Street (Nueva York); en su brazo izquierdo sostiene sus tesis sobre el socialismo. Al fondo se ve el Empire State Building mientras una muchedumbre de personas levantan sus puños con un gesto de victoriosa alegría. En la caricatura, Carlos Marx está desfilando triunfalmente mientras George Perkins, socio del archimillonario J.P. Morgan, estrecha jubiloso su mano. Detrás de Marx se ven a Andrew Carnegie, a J.P. Morgan y John D. Rockefeller esperando su turno para estrechar la mano de Marx. Otro personaje, que parece ser el anfitrión, observa complacido el estrechón de manos: Es nada menos que Theodore Roosevelt, el nefasto presidente norteamericano que robó el Canal de Panamá a Colombia.

Junio de 2010

 Por Ricardo Puentes Melo

El verdadero origen del Socialismo: Los Illuminati



Palabras como socialismo o socialistas fueron utilizadas a principios del siglo XIX en en la Nouvelle Encyclopédie, en 1830; en el periódico francés Le Globe en 1832; en la revista Co-operative Magazine en 1897… La palabra “social” se enfrentaba a la palabra “individual” y sus exigencias, reclamaba el enaltecimiento de los derechos de los hombres post-revolución-francesa, invocaba un nuevo orden, un nuevo orden social que desplazara y rompiera las estructuras socioeconómicas que venían en el devenir histórico: esclavismo, feudalismo, capitalismo…

No se sabe a ciencia cierta cuando comenzó a gestarse este pensamiento social, aunque como anteriormente nombramos en ejemplos, había personajes importantes, grupúsculos y/o medios informativos que iban impulsando poco a poco esta nueva corriente. Sin embargo, la historia pareciera colocarnos un punto importante de desvelamiento: la gran Revolución Francesa.

Pero, ¿Quiénes estaban detrás de la Revolución Francesa? ¿Quiénes fueron los intérpretes de esta corriente social que pretendía un nuevo orden socialista? La implicación de los illuminati y de masones en la Revolución Francesa está fuera de toda duda. El duque de Orleáns, Saint-Just, Danton, Herbert, Lafayette, Mirabeau, Marat, Robespierre, Desmoulins y Babeuf, fueron algunos de los iniciados y revolucionarios masones e illuminati que participaron en la gran Revolución. Máximos grados Illuminati bávaros ya disueltos como Johan Joachim, Christopher Bode y el barón de Busche, además del creador de la Masonería Egipcia de Rito Egipcio, el illuminati Alessandro de Cagliostro, ya andaban por las logias u orientes franceses en los años 1788-1789. La influencia de los restos de los Illuminati de Baviera, disueltos por los procesos inquisitoriales por parte de la nobleza, la masonería de la Gran Logia inglesa fundada por pastores protestantes, cristianos conservadores y nunca iniciados, acompañados por los martinistas, fue de gran contenido e impacto.

LOS ILLUMINATI PRECURSORES DEL SOCIALISMO

“Pocos de estos hombres, si es que había alguno, conocían el plan del que sólo estaban informados los más altos jefes de la masonería. La mayor parte creían que simplemente estaban tomando parte en la causa de obtener independencia de un tirano. La masonería era para la mayoría de ellos, como lo es para la mayoría de los masones hoy en día, meramente una organización fraternal que promueve fines sociales y provee a sus miembros de un entorno de camaradería” William T. Still

El fundador de Los Illuminati de Baviera, Adam Weishaupt (1748-1811), explicaba que –la Igualdad y la Libertad son los derechos esenciales que el Hombre, en su perfección originaria y primitiva, recibió de la Naturaleza... El primer atentado contra esa Igualdad vino del establecimiento de la propiedad. El primer atentado a la Libertad vino de la Sociedad y los gobiernos. Los únicos apoyos de la propiedad y de los gobiernos son las leyes civiles y religiosas. Así pues, para restablecer al hombre en sus derechos primitivos de igualdad y de libertad hay que comenzar por destruir toda religión, toda sociedad civil, y terminar por abolir la propiedad-. También podemos recalcar parte de su pensamiento cuando expone –he propuesto una explicación de la Francmasonería, ventajosa desde todos los puntos de vista, por cuanto se dirige a los Cristianos de todas las confesiones, los libra gradualmente de todos los prejuicios religiosos, cultiva y reanima las virtudes de sociedad por una perspectiva de felicidad universal, completa y rápidamente realizable, un Estado donde florecerán la libertad y la igualdad, un Estado libre de los obstáculos de la jerarquía, la clase, la riqueza arroja continuamente a nuestro paso… no tardará el momento en que los hombres serán dichosos y libres-.

Adam Weishaupt fue el primer gran socialista revolucionario, y por consiguiente los Illuminati bávaros seguían la misma senda, del la cual se nutrió la masonería operativa y revolucionaria, La conspiración de los Iguales, de Blanqui, del socialismo científico (comunismo) de Marx y Engels y del socialismo libertario (anarquismo) de Bakunin y Kropotkin.

Los Illuminati de Baviera fue una orden paramasónica, es decir, con una estructura y grados masónicos pero soberanos e independientes de la Gran Logia inglesa y del Gran Oriente francés, fundada en Baviera, Alemania, el 1 de Mayo de 1776 por Adam Weishaupt. Weishaupt describía a la Orden como la masonería operativa restablecida de la tradición masónica, ya que ésta devolvía, como en otrora, al Hombre a su estado primigenio de libertad y descubrimiento de la divinidad interna, la transformación del operario por medio del trabajo iniciático, a la transformación de éste y la realidad que lo envuelve, mientras que la masonería moderna (inglesa) fundada por dos cristianos nunca iniciados, castraron todo indicio operativo de la masonería y del dios de la Luz, el cual fue muy valorado por Marx, Bakunin y Fourier. Posteriormente Francia de desmarca acertadamente de la Logia inglesa por sus normas y moral cristiana muy conservadora, sectaria y manipuladora, creando así el Oriente francés, aunque sin embargo, Weishpaut planteaba que no pudo superar el idealismo, la metafísica tan arraigado que había entroncado James Anderson, para dar paso finalmente al materialismo, a la razón atea, a la ciencia y el rigor, como sí lo había hecho la orden iluminista.

La Orden defendía una iniciación basada en los términos de igualdad, libertad, fraternidad y revolución, términos que posteriormente fueron la consigna de la Revolución Francesa; un sistema iniciático de trece grados que se fundamentaba en el “despertar” de la consciencia del Hombre “dormido”, en la coherencia, en la ciencia, en el rigor, en la filosofía materialista…

Sin embargo, gracias al proceso inquisitorial los illuminati bávaros fueros disueltos, perseguidos y torturados, y alguno de ellos que pudieron, ya establecidos en otras latitudes europeas y de los cuales muchos fueron a dar a Francia y EEUU, se unieron a las filas masónicas francesas y estadounidense nutriendo e infiltrando el corpus ideológico iluminista revolucionario. A pesar de eso, a lo largo de la historia, la masonería regular o especulativa (inglesa) y la irregular o liberal (francesa), y los cuerpos iluministas estadounidenses dieron la espalda traicionando hasta hoy, sus orígenes más profundos libertarios e igualitarios.

POR LA SENDA ILUMINISTA: MARX, BAKUNIN, PROUDHOM, KROPOTKIN

“Todo lo que vive tiende a realizarse en la plenitud de su ser. El hombre, ser vivo y pensante al mismo tiempo, para realizarse debe ante todo conocerse” Mikhaeil Bakunin.

Karl Marx (1818-1883), el Prometeo de Tréveris, de origen judío, fue el que sentó las bases del socialismo científico o comunismo, siendo sus obras más destacadas El Manifiesto del Partido Comunista y El Capital. Marx en su juventud, en la Universidad de Berlín, se unió a una sociedad secreta de carácter iluminista y hegeliana en 1836 llamada Doctor Club. Ya para 1846, una organización iniciática secreta descendiente de Los Illuminati llamada, La Liga de los Doce Justos de los Illuminati, financió a Marx para que escribiera el Manifiesto, el cual aparece en 1848 y la Liga cambia su nombre a la Liga de los Comunistas. Ahora, los Illuminati habían creado e impulsado el comunismo, trasladando así en el Manifiesto, las principales premisas illuminati bávaras, propuestas socialistas y revolucionarias:

- Abolir las monarquías y promover las repúblicas.

- Abolir la propiedad privada, los derechos sucesorios y eliminar la desigualdad social.

- Abolir las naciones y las fronteras y convertir a la humanidad en una única patria.

- Abolir las religiones y promover el laicismo.

- La toma del poder.

Igualmente, estas ideas nutrieron a los anarquistas o socialistas libertarios como Mikhail Bakunin (1814-1876) y Pietr Kropotkin (1842-1921). De hecho, Bakunin aparece en “Bakunin y la Internacional en Italia del 1864 al 1872” de Max Nettlau (1865-1944), el principal historiador del anarquismo, la documentación que acredita a Bakunin como grado 32º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, éste pertenecía a la logia de Les Elus d´ Hiram de París; Pierre Joseph Proudhom (1809-1865) fue iniciado el 8 de enero de 1847 en la logia de Besançon, y otro como Luis Le Blanc (1811-1882) era miembro de la Logia L´Humanité de la Drôme.

No es raro ver que el 1 de Mayo, El Día del Trabajo y de La Razón, haya sido el día en que fue fundada la orden de Los Illuminati de Baviera.

EN LATINOAMÉRICA: FRANCISCO DE MIRANDA, EL PADRE DE LA MASONERÍA Y LA REVOLUCIÓN

Por otro lado, en la historia de América se aprecia la buena influencia iluminista, de las cuales los franceses y los estadounidenses vieron con muy buenos ojos en su momento. Por ello no es raro ver que en la firma del Acta de Independencia de Estados Unidos, de cincuenta y seis personas, sólo uno no era masón; la gran mayoría de nuestros próceres venezolanos fueron masones, de hecho, Francisco de Miranda (1750-1816) es considerado el padre de la masonería latinoamericana. Él fue el fundador y Gran Maestre de la Sociedad de Lautaro, una sociedad con ciertos nexos a los Carbonarios, los cuales tuvieron nutridos e influenciados por los restos de los Illuminati. Dicha Sociedad de Lautaro o Caballeros Racionales, tenía sede como en Londres y Cádiz, y era tendente a abolir la monarquía e implantar la república en América y en especial Caracas; su fin último era la independencia de América. Por esto, Miranda siempre buscó apoyo en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, en los cuales participó en sus revoluciones, muy acercadas a los ideales illuminati y del cual vemos su relación a través de Los Carbonarios. Gracias a su participación en la Revolución Francesa, Francisco de Miranda aparece en el Arco de Triunfo de París.

La Logia de Lautaro fundada por Miranda tenía unos grados de iniciación independentistas y demócratas, muy cercanos a los ideales illuminati y masónicos revolucionarios que promovieron e idearon la Revolución Francesa basados en la libertad y la igualdad y, por consiguiente, el socialismo.

Otros de los tantos ilustres independentistas que promovieron las naciones fueron: Bolívar, iniciado en Lautaro por Miranda en 1803 en Cádiz; Simón Rodríguez, José María España, Manuel Gual, Pedro Gual, Andrés Bello, Rafael Urdaneta, Santiago Mariño, Carlos Soublette, José Tadeo Monagas, José Félix Ribas, Antonio José de Sucre, Daniel Florencio O´Leary, José María Vargas, Juan Crisótomo Falcón, José Antonio Páez, entre otros muchos. En otras latitudes, Lafayette, Washington, San Martín, O´Higgins, Rizal, Martí, Garibaldi, Sandino, Franklin.

Para la historia, siempre ha quedado resaltado que Bolívar en 1828, prohibió toda sociedad secreta (en especial la masonería) en la Gran Colombia. Bolívar quizás impulsó erradicar todo resto de aristocracia y monarquía de la cual la masonería inglesa estaba relacionada al igual que la francesa. La Gran Logia inglesa estaba relacionada e infiltrada en la aristocracia y la nobleza inglesa al igual que el Oriente francés que estaba relacionada con la familia napoleónica. El fundador y creador de la masonería egipcia del Antiguo y Primitivo Rito de Memphis y Misraïm, el illuminati Cagliostro, fue el iniciador del mismo Napoleón Bonaparte en la masonería egipcia.

FUENTE: http://www.aporrea.org/ideologia/a47887.html 

lunes, 24 de enero de 2011

COMUNISMO DE SION

La conspiración Judeo - Masónica del sionismo actual

Existe una sorprendente carta publicada en la edición del 1 de Junio de 1928 del "Revue de París", recuperada de las pertenencias de Karl Marx tras su muerte y aceptada como auténtica por varios historiadores de prestigio, aunque resulta increíblemente desconocida (o evadida) incluso entre los derechistas enemigos declarados del marxismo. En este documento, cuyo original data de 1848, el artífice del movimiento "proletario-revolucionario" recibe las felicitaciones de su amigo y confesor, el rabino Baruch Levi, a propósito del planeado movimiento político y obrero que ha generado su trabajo. Allí se lee:

"Todo el pueblo israelí será, por sí mismo, su propio Mesías (...) Su dominio del mundo se alcanzará con la unificación de todas las otras razas (...) Eliminando las fronteras y las monarquías se conseguirá acabar con las particularidades para instaurar una República Mundial que procurará, por todo el mundo, los derechos para los israelíes (...) En esta nueva organización de la humanidad, los hijos de Israel, repartidos por todos los rincones de la tierra, se convertirán en todas partes y sin oposición alguna, en la clase dirigente, sobre todo si consiguen colocar a las masas obreras bajo su control exclusivo. Los gobiernos de las naciones integrantes de esta futura República Universal caerán, sin esfuerzo, en las manos de los israelitas, gracias a la victoria del proletariado. La propiedad privada podrá entonces ser suprimida por los gobernantes de raza judía, que administran en todas partes los fondos públicos. Así, se realizará la promesa del Talmud, según la cuál, cuando llegue el tiempo del Mesías, los judíos poseeremos los bienes de todos los pueblos de la Tierra"

El propio Marx declararía en una oportunidad: "Buscamos en vano la clave del laberinto del alma judía en su religión; lo que debemos buscar es el misterio de su religión en el misterio de su naturaleza. ¿Cuál es la base del judaísmo? Una pasión práctica y la codicia del provecho. ¿A que puede reducirse su culto religioso? A la extorsión. ¿Quién es su verdadero Dios? La caja de caudales ..."

Como Marx y Engels, fueron judíos todos los que colaboraron en la fundación del marxismo y que posteriormente propiciaron la Revolución Rusa de 1917, financiada y auspiciada en casi todos sus detalles por los propios norteamericanos, como años después lo hicieran en Cuba. Era tan sabido por ellos lo que iba a ocurrir en aquellos días de octubre en Rusia, que se envió desde EE.UU. a un importante sirviente, el periodista John Reed (que había trabajado para la inteligencia norteamericana y que muy probablemente ocultaba tras su nombre algún origen judío) hasta el corazón mismo de la bomba de tiempo para convertirse en el cronista oficial para occidente de lo que fue la Revolución Rusa. Su famoso libro "Diez días que conmovieron al mundo", obra totalmente comprometida con los bolcheviques, es un verdadero desfile de personalidades judías sustentando la instauración del marxismo en la posteriormente llamada Unión Soviética.


Vladimir Ilich Ulianov, el judío conocido como Lenin, ocuparía el máximo cargo de la Rusia comunista. Su decisión de motivar la revolución marxista por la vía armada y subversiva fue tan determinante que desde entonces el apellido "leninista" se agregó al movimiento marxista supuestamente obrero, aunque Marx y Lenin jamás se conocieron: el primero murió cuando el otro aún era un chiquillo.

Sin embrago, Lenin, poco antes de morir postrado y en impedimento mental, haría extrañas declaraciones desenmascarando a algunos de sus congéneres judíos que preparaban el surgimiento de una siniestra figura sucesora, a pesar de su descontento: el ex-asaltante de bancos, Josef Stalin. Su verdadero nombre era Josif David Vissarionovitch Djugaschvili. Este último apellido es indiscutiblemente de origen judío, como lo fueron todas las mujeres con las que se casó, sus principales amigos y también sus hombres de confianza en la administración del Estado, como el pervertido sexual llamado De Beria. Sin embargo, esta bestia se volvió contra elementos de su misma calaña en la incontenible sed de muerte: el dedo ejecutor de Stalin apuntó a varios judíos como Kamenev, Zinoviev, Rikov y tantos otros. Incluso desterró al judío Trotsky, para luego ordenar su muerte en México. Prohibió también a su hijo ilegítimo, Yacob, contraer matrimonio con un muchacha judía y se le educó con tanta fineza que, se dice, acabó suicidándose cuando le obligaron a cumplir con la tarea de limpiar los baños de la prisión, estando preso en un campo de detenidos de guerra, humillación que no pudo soportar. La hija de Stalin vivió el tiempo suficiente para escribir una biografía de su padre, en la que rebela el desprecio permanente de éste hacia los judíos en general pero los intrigantes vínculos que de todos modos mantiene con esta raza.

Algunos han tratado de comparar el sabido odio de Stalin hacia los judíos con las ideas de Hitler. Nada más absurdo, pues Stalin fue un fiel sirviente del judaísmo hasta los últimos días de su vida: puso a funcionarios judíos al mando del Ejército Rojo y la policía de inteligencia de Estado. Stalin es un claro ejemplo de que la traición es una práctica frecuente entre los propios judíos. Comenzó con el propio Alexandre Kerensky, judío asesor del Zar, que se aliaría a los bolcheviques proporcionándoles información vital para la instauración del nuevo régimen. Y al propio Stalin le traicionarían sus congéneres al final de sus días del mismo modo que él y los mismos judíos lo hicieran contra Lenin.

El aspecto más siniestro de Stalin no está, sin embargo, en su adhesión al judío internacional, sino en la criminalidad que le llevó a asesinar directa e indirectamente a cifras que llegan a millones y millones de personas. ¿De qué manera puede ser un solo hombre la causa de tantas muertes? Stalin hizo exterminar por su propia orden a comunidades enteras de Rusia y Siberia, al no poder decidir qué hacer con ellas en el reajuste de su Nueva Rusia, en la que el Estado daba tan bajos pagos a los campesinos por su producción que ni siquiera se cubrían los costos... Éste es sólo uno de los aspectos de la desbordada crueldad del Hombre de Hierro, del ser mecánico, del robot Golem.

Los procesos de reconfiguración de la economía agraria se impusieron con una indiferencia escalofriante, matando a millones de campesinos de hambre y desprotección. Rusia conoció, hacia los años ´20, algunas de las escenas más horrendas que pudiera documentar la humanidad, como el canibalismo. Sólo en la región de Kubán, la bestia de Stalin ordenó desarmar 20 grandes aldeas de humildes campesinos, abandonados a su suerte. Lo mismo ocurrió en Bielorrusia y las áreas suburbanas de Moscú. Ucrania fue literalmente barrida, con una brutalidad que eriza los pelos.Dos humildes campesinos de Leningrado vendiendo como alimento trozos de cadáveres, entre los que destacan el cuerpo de un niño y la cabeza de un difunto. Estos eran los episodios de hambruna generados por el reajuste del agro forzado por los jerarcas del comunismo, todos ellos judíos viviendo en palacios del "Gobierno del Proletariado". Era la forma real y efectiva en que el marxismo judío trataba al trabajador y al mismo hombre modesto que colma de promesas. En Nürembeg hubiese bastado sólo una fotografía como ésta para condenar a muerte al gobernador de una comarca o cualquier líder local.


Es cierto que el judío Leiba Davinovich Bronstein, alias León Trotsky, era el representante más correcto de la línea marxista desarrollada hasta entonces por Lenin. Pero sólo con una política de estado tan tiránica como la de Stalin podría permitirse al comunismo bolchevique asegurar su existencia íntegra para los años venideros. A pesar de la necesidad de la existencia de Stalin, para cortar los vínculos con su fama criminal, era necesario entre los posteriores marxistas "renovados" el apoyarse en las diferencias entre el dictador y la figura de Lenin, una desigualdad de la que siempre se supo. La prueba era una carta dictada por el propio ideólogo del comunismo soviético en 1924 para el congreso, donde fue leída por sus congéneres judíos:

"El compañero Stalin, que ha llegado a ser Secretario General, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, y yo no estoy seguro de que sepa siempre servirse de él con suficiente prudencia. Por otro lado, el compañero Trotsky, como ya lo ha demostrado en su lucha contra el CC, sobre la cuestión del comisariado del pueblo para los transportes, se distingue no sólo por sus capacidades inminentes"

La carta de Lenin, utilizada para liberar al comunismo de todos sus pecados, fue redactada para ser leída a su muerte, en enero de ese mismo año, ante el Congreso Pleno e inmediatamente después darla a conocer ante la ciudadanía. Lo que pocos marxistas saben, sin embargo, es que el Partido Comunista Soviético, sabiendo de los requerimientos drásticos que eran necesarios a futuro y ofrecidos por Stalin bajo su bigote judío, publicó la carta sólo en 1956, de una manera tan bulliciosa y masiva que más bien parece una forma de pedir disculpas ante el mundo. Antes había sido leída en absoluto secreto ante los jerarcas judíos del partido, y todo indica que sólo un hombre apoyó las palabras del difunto Lenin. Fue Trotsky, y no lo hizo por moral, sino por sus intereses personales sobre los poderes que se habían concentrado en torno a Stalin.